Cuando hablamos de mobiliario de hostelería, normalmente se vienen a la cabeza las sillas y las mesas, incluso los sillones o lo sofás. Luego ya, en un segundo plano, tenemos otras piezas de mobiliario, como pueden ser las estufas de terraza, que pueden parecer secundarias. De hecho, muchos hosteleros ni se plantean incluirlas en su compra de mobiliario de hostelería porque son piezas poco rentables o que se utilizan durante tan solo unos meses.
Pero no nos engañemos. Si tu local de hostelería tiene terraza y la mantienes cerrada durante la época de frío y lluvias, a esa terraza la estás perdiendo dinero, o dicho de otra forma, estás dejando de ganarle dinero.
Que tu terraza no muera de frío
Las estufas calentadoras son piezas de mobiliario de hostelería que te permiten mantener tu terraza activa durante el invierno (al menos durante una gran parte de él). Y esto es algo que a los clientes les encanta. Mucha gente prefiere disfrutar de una velada o tomar algo con los amigos en la terraza en lugar de meterse en el restaurante o en el bar. Parece que la sensación de estar al aire libre, sin pasar frío, es algo que la gente busca cada vez más. Pasamos muchas horas «encerrados» en el trabajo, en el coche, en casa… y cuando tenemos un rato de descanso lo que nos apetece es estar al aire libre y disfrutar de esa sensación.
Una de las grandes ventajas que tienen es que muchos modelos son desmontables, de forma que se pueden almacenar en cajas y pueden guardarse durante varios meses sin que apenas ocupen espacio y te cueste dinero mantenerlas. Por tanto, no van a suponer un problema de espacio en tu local durante el tiempo que no las utilices.
Además, la mayoría de modelos, tanto si son estufas de pirámide como si son estufas de corona, se alimentan con propano, así que tampoco supone un gran gasto ni tienen un consumo excesivo como para que su uso no sea rentable. El propano, además, no desprende olores fuertes, como puede pasarles a las estufas de queroseno, por ejemplo.
Lo bueno de las estufas es que su durabilidad es muy alta, ya que sólo las utilizas cuando las necesitas, por tanto no se deprecian tan rápido como otras piezas de mobiliario. Esto significa que no hay que renovarlas cada temporada, como ocurre con otros productos, sino cada varios años, dependiendo del uso que se les dé.