El Protocolo al Servir un café

El protocolo al servir un café

Cuando una persona entra en un determinado tipo de locales se espera un servicio más o menos esmerado según la categoría que parezca tener el mismo.  Al entrar en una cafetería clásica de las de toda la vida nadie se espera demasiadas florituras pero si un buen servicio.
Aun así es bueno sorprender a los clientes. Unos muebles sencillos, pero con un diseño muy ergonómico, pueden proporcionar una gran comodidad. No hay nada más desagradable que entrar en un local y estar incómodos en una silla de mala calidad. Pues exactamente lo mismo sucede con el servicio del café.
Nadie espera la ceremonia japonesa del té al pedir una infusión o que el café venga acompañado por diez tipos de azúcares. Pero servir una bebida que no abrase los labios y que no esté lleno hasta el mismo borde de la taza es lo mínimo que cualquier cliente espera.
A partir de ahí los pequeños detalles marcarán la diferencia. Igual que una buena mesa, con un tablero que armonice con el resto de la decoración suma en cualquier local, detalles como unas pastas, la opción del azúcar moreno o permitir escoger entre diversos tipos de leche son un plus añadido en una cafetería que quiera dar a sus clientes un mejor servicio.
Estos detalles son muy importantes, pero tampoco está de más seguir otras reglas de protocolo, como servir primero a las señoras comenzando por las de mayor edad cuándo la diferencia es evidente.  Aunque para algunas personas estas cosas están ya desfasadas, para otras son detalles que se valoran y en ningún caso suelen resultar molestos.
 

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