Las sillas de exterior están sujetas a continuas agresiones medioambientales. La lluvia y el frío afectan a sus materiales, pero también los rayos de sol que le inciden directamente cuándo el tiempo es bueno.
La contaminación de los coches, aunque en menor medida, también les afecta ya que se va depositando sobre ellas y es necesario utilizar limpiadores agresivos para que queden impecables En muchos casos también son apiladas cada día al terminar la jornada, rozándose unas con las otras en el proceso.
Por todo esto es fácil entender que deben de ser sillas con materiales muy resistentes y todo terreno que faciliten su limpieza y su durabilidad, pero que también mantengan una buena estética.
Materiales más indicados
Las sillas de resina que se utilizan en algunas cafeterías no ofrecen el mejor aspecto, ya que se ensucian con facilidad, se rayan y además con el sol tienden a deformarse. Para colmo no son bonitas. Sin embargo las sillas de polipropileno, siendo una opción económica, son mucho más estéticas y resistentes, manteniendo una buena imagen de la terraza.
Un ejemplo de estas sillas es el modelo Gio que se puede encontrar en alegres y variados colores o las sillas Vivo que combinan ese material para los asientos, con el tubo de aluminio anodizado para su estructura y patas.
El textiline, como el de los asientos de la silla modelo Brujas es también una buena opción para terrazas con una imagen más sofisticada. En este caso se trata de imitar tejido textil pero en material sintético, mucho más resistente.
Con materiales sintéticos también se consiguen muy buenas imitaciones de fibras naturales, muy bonitas y adecuadas para terrazas, pero que se deterioran rápidamente al aire libre. La médula sintética del modelo Toscana, por ejemplo, tiene toda la belleza de los materiales naturales, pero con la resistencia que se busca para un negocio hostelero.