Cuando se piensa en el típico bar o restaurante mexicano lo primero que le viene a la cabeza a todo el mundo es una explosión de color. Y es que si por algo se caracteriza este país americano es por su colorido tanto a nivel visual como en lo que se refiere a sabores picantes e intensos.
Un estilo desenfadado e informal, en el que el color, la alegría y la música de mariachis sean los protagonistas absolutos, tiene su mejor exponente en las sillas Big Bang, de las que se pueden adquirir modelos cromados para el interior del local y otros con las patas pintadas en blanco más adecuados para el uso en la terraza.
Para las mesas siempre es posible ahorrar comprando un modelo básico de los más económicos, ya que los manteles de cuadros o con motivos de la tierra suelen cobrar un gran protagonismo, ocultando lo que hay debajo.
La barra, gran protagonismo
Independientemente de que se sirvan o no comidas, los aperitivos como los nachos no pueden faltar para acompañar a las cervezas suaves y refrescantes y los tequilas fuertes y con carácter. Por eso la barra tiene un gran protagonismo en estos bares, para todos esos clientes que tan solo quieren beber algo.
El taburete Shiver es un excelente modo de combinar color, calidad y la comodidad para los clientes. Unos taburetes alegres y con una forma muy original que llamarán la atención de todo el que entre, invitándolo a sentarse y tomar algo.
Para el resto del local, todo vale. Desde los estilos en madera más clásicos, dejando las notas de color para los muebles, hasta los arrebatos más folclóricos con enormes sombreros de charro y guitarrones. Una decoración que cada vez tiene más adeptos y que triunfará si todavía no hay un local así en la ciudad, es la que se inspira en los héroes de la lucha libre, con máscaras colgadas por la pared y fotografías de sus mejores combates.