El consumo energético es parte importante de los gastos de un local. En SillasMesas te contamos cómo ahorrar energía en un local de hostelería.
En los gastos corrientes de un local de hostelería las facturas de electricidad, agua y/o gas son una partida considerable cuya cantidad no siempre depende de las necesidades reales. Asumir una serie de buenas prácticas ayuda a reducir nuestro gasto energético y, consecuentemente, las facturas.
Diagnóstico del consumo energético
Los grifos de la cocina, las planchas, las lámparas del comedor, la nevera, los congeladores… En un establecimiento de hostelería -especialmente en restaurantes o bares que ofrezcan comidas- el consumo energético y de agua es constante. Racionalizar este gasto ayudará a reducir nuestras facturas y, al mismo tiempo, contribuiremos en el cuidado del medio ambiente, algo que también es sinónimo de calidad. Como paso previo -especialmente si se trata de un negocio ya en marcha- es necesario realizar un seguimiento (consumo diario, mensual, variaciones a lo largo del año…) para determinar si es el adecuado, si puede reducirse y qué medidas adoptar para conseguirlo.
Consejos para ahorrar energía
- Desconectar aparatos eléctricos que no estés utilizando:el stand by consume energía así que mejor desenchufar los electrodomésticos cuando no se usen (aunque sean de los pequeños). En el día a día esto puedes aplicarlo a microondas, tostadoras, planchas de cocina o televisores.
- Revisar la instalación y aparatos: si no se encuentran en buenas condiciones gastarán más energía. Por eso es aconsejable revisarlos cada cierto tiempo y renovarlos en caso de deterioro. Será una inversión que pronto se rentabiliza.
- Temperatura: lo aconsejable para recintos calefactados es no superar los 21 grados mientras que en locales refrigerados la temperatura media se fija en 26º (entre 23º y 27º).
- Cortinas de aire: su instalación en los accesos permite mantener la temperatura del interior evitando fugas de calor/frío.
- Doble ventanal: ayuda a mantener la temperatura minimizando la pérdida de calor.
- Electrodomésticos eficientes: los de la clase energética más alta (A+++) son los más recomendables porque consumen menos, suponen el mayor ahorro energético y son más respetuosos con el medio ambiente. Si la maquinaria y electrodomésticos de hostelería están obsoletos es mejor ir renovándolos para ser más eficientes energéticamente.
- Colores claros: más luminosos al permitir que la luz se refleje mejor. Los colores de techo y paredes dependerán del estilo del establecimiento pero aún así no es aconsejable optar íntegramente por tonos muy oscuros.
- Textiles adaptados a la época del año: las telas también influyen en la temperatura de un espacio. En invierno pueden usarse las más pesadas y opacas (en manteles, cortinas, uniformes, fundas de sillas…) y en verano optar por más livianas y transparentes.
Para ahorrar luz
- Aprovechar la luz natural: para poder hacerlo es imprescindible tenerlo en cuenta en las obras o reformas de un local que se va a destinar a hostelería. Una posible opción es un gran ventanal en el comedor -en el caso de restaurantes- o tragaluces en el techo -para bares o cafeterías-.
- Prescindir de persianas o cortinas opacas: para permitir que entre la luz solar. Esta medida depende de la ubicación del local y época del año ya que si se localiza en una zona muy calurosa en verano serán imprescindibles unas cortinas o sistema de protección solar (como un toldo exterior) para mitigar el calor. De lo contrario lo que se ahorre en luz se gastará en aire acondicionado.
- Iluminación led: consumen casi nueve veces menos que las tradiciones y 2,5 menos que las de bajo consumo. Aunque sean más caras su vida útil es mucho más prolongada.
- Iluminación según el servicio: en el caso de restaurantes el tipo de iluminación y el número de puntos de luz pueden adaptarse al tipo de servicio/hora del día.
Para ahorrar agua
- Evitar el circuito abierto: usado en algunas máquinas de hielo. Implica grandes pérdidas de agua por el desagüe. Estas máquinas funcionan las 24 horas del día, incluyendo los periodos en los que el negocio está cerrado. Más recomendables las máquinas de hielo refrigeradas por aire.
- Revisar periódicamente cisternas y grifos: para detectar posibles fugas.
- No descongelar alimentos bajo el grifo del agua.
- Lavavajillas: preferible siempre frente al lavado manual (el consumo de agua es más del doble). Los de carga frontal adaptan el consumo de agua según la carga. En el mercado también hay opciones con sistema de ahorro. Si pasamos un cepillo por platos y bandejas retirando restos de comida también afectará en el lavado.
- Grifos: instalar perlizadores (dispersores que mezclan aire con agua, reduciendo el consumo). Optar por grifos a pedal (más prácticos en cocina), con temporizador o de sensor.
- Baños: decantarse por cisternas que permitan elegir la cantidad de descarga o interrumpirla. Coloca carteles instando a la clientela a no desperdiciar el agua.
- Limpieza: en función del tamaño del establecimiento elegiremos la maquinaria que nos facilitará el trabajo y, además, también puede contribuir en el ahorro. Por ejemplo, si es un comedor muy amplio destinado a eventos como bodas o convenciones una fregona industrial resulta eficiente en términos de consumo de agua.
- Reutilización de “aguas grises”: son las procedentes de lavabos, electrodomésticos o duchas. Con una sistema de reciclaje específico se reutiliza para las cisternas.
El ahorro de electricidad, gas y agua es una cuestión fundamental en un local de hostelería, por eso es importante que sepas cómo ahorrar energía en un local de hostelería. Si racionalizamos el consumo reduciremos las facturas y, por lo tanto, tendremos unos mayores ingresos sin repercutirlo en los clientes.