¿Montar una franquicia o abrir tu propio negocio? Te explicamos cómo montar una franquicia de hostelería, las ventajas e inconvenientes de este modelo.
Si estás pensando en abrir un negocio de hostelería la franquicia puede ser una opción. Este tipo de formato permite contar con el aval y prestigio de una marca ya implantada en el mercado minimizando el riesgo de un posible fracaso empresarial. Pero, ¿es mejor una franquicia de hostelería que un negocio propio? ¿Cuáles son los requisitos? En el blog de SillasMesas te explicamos las condiciones para montar una franquicia de hostelería, sus ventajas e inconvenientes.
¿Qué es una franquicia y cómo funciona?
La franquicia es un formato de negocio en el que se establece una relación comercial con un tercero para obtener los derechos para abrir un negocio comercializando un determinado producto, marca o servicio que ya existe previamente en el mercado. En ella entran en juego dos actores fundamentales: la empresa franquiciadora y el franquiciado. Entre ellos se establece un acuerdo -mediante el pago de determinados conceptos- para usar su nombre y fórmula de negocio durante un tiempo determinado.
La hostelería es uno de los sectores con mayor implantación de las franquicias. Si bien hace unos años se limitaba a establecimientos de comida rápida pronto se extendió a otros ámbitos, como franquicias de tapas, cocina tradicional, restaurantes temáticos, cócteles, cervezas…
Requisitos para montar una franquicia de hostelería
Las condiciones para abrir una franquicia de hostelería dependen de cada caso. En líneas generales son los siguientes.
- Canon de entrada.
- Inversión para acondicionar el local.
- Canon de publicidad. Canon de royalty: se establece un porcentaje de la facturación.
- Tamaño local: en algunos casos se exige un mínimo de metros cuadrados.
- Población mínima: algunas franquicias piden que el establecimiento se ubique en un municipio con un mínimo de población.
- Duración contrato: un requisito básico ya que fija el período mínimo por el que se mantendrá el contrato.
Ventajas de abrir una franquicia de hostelería
Desde el punto de vista del franquiciado los puntos a favor serían:
- Mínimo riesgo: poner en marcha un local de hostelería no siempre es sinónimo de éxito. La franquicia minimiza los riesgos ya que te ofrece una marca/producto que ya funciona en otros lugares. Permite emprender sin empezar de cero al contar con una marca ya consolidada.
- Un “know-how” previo: el franquiciador dispone de un “saber hacer” previo, una fórmula que ya ha constatado que funciona y que aporta al franquiciado para que la lleve a cabo en su negocio.
- Marketing previo ya hecho: la implantación a nivel nacional o internacional de las franquicias hace que el público tenga un conocimiento de ellas aunque no existan locales de esa marca donde residen. Por eso, las campañas de marketing y publicidad para darse a conocer son menos necesarias.
- Asesoramiento y formación: el franquiciador ofrece formación sobre su marca, asesoramiento para realizar estudios de mercado, cómo encontrar un local adecuado, realizar trámites de apertura, cómo gestionar el día a día…
- Gestión más simple con los proveedores: los costes operativos se reducen al haber un mayor volumen (junto al resto de franquiciados) y beneficiarse de mejores condiciones.
- Publicidad conjunta: la red de franquicias suele tener acciones de publicidad globales en diferentes medios de comunicación que, de forma individual, serían inasumibles.
Inconvenientes de las franquicias de hostelería
Entre las desventajas figuran:
- Falta de autonomía y creatividad: los franquiciados deben seguir unas pautas establecidas por el franquiciador (productos ofertados, estética del local, uniformes de los trabajadores…). Esto impide personalizar el establecimiento o introducir novedades. La uniformidad es una de las señas de identidad de las franquicias.
- Costes adicionales: el pago de un canon de entrada, royalties, canon de publicidad… son gastos que no se dan en un local de hostelería que no pertenezca a una franquicia.
- Depender siempre de un superior: abrir un restaurante o cafetería bajo el paraguas de una franquicia resta capacidad de autonomía y liderazgo ya que habrá que cumplir las normas impuestas en el contrato.
- Efecto cascada negativo: si otro establecimiento de la cadena tiene un rendimiento negativo, un mal servicio o una mala reputación provocará un efecto en cascada que puede afectar a tu negocio aunque tú sí cumplas con la calidad exigida. Es decir, el prestigio, imagen pública y valoración no sólo dependerá del trabajo propio.
Si has decidido optar por el modelo de franquicia para abrir tu negocio de hostelería asesórate bien sobre sus pros y contras tomando como referencia su nivel de aceptación/éxito en lugares similares al que tienes pensado.