Si lo que buscamos es la sobriedad por encima de todo, nada mejor que recurrir a tres máximas: una iluminación blanca, un espacio diáfano y líneas rectas. Así es como el restaurante El Campero (Cádiz) ha conseguido colocarse entre uno de los locales más bonitos de España. Un primer vistazo al interior nos demuestra como en la sencillez está el gusto. Alternando una decoración sostenida por una marea de madera que da vida a los techos, simulando el interior de un barco, el local alterna con una decoración abierta salpicada por un suelo de mini damero y cerámica gris. Si queremos adentrarnos en este tipo de ambientes es primordial tener un leit motiv, un hilo conductor. En este caso El Campero ha recurrido al mar como telón de fondo. Para continuar con esa esencia, lo importante es que las sillas de diseño tengan el mismo tono, en una variedad que puede funcionar desde el blanco hasta el gris, beige o incluso el último destello de un azul cian. El restaurante ha apostado por unas líneas rectas, casi puras, pero no descartemos optar por unas más suaves y onduladas, en sintonía con las olas de ese mar que reflejamos a cada paso. Para ello, sillas como el modelo Candela o Super Gio son ideales pero si buscamos algo más de perfección rectilíniea la opción sería la de modelos como Sai o Vivo.