Hay una moda cada vez más asentada que recorre los lugares más it del mundo, desde París, Nueva York o Buenos Aires, que se han sumado a la pet fashion, una tendencia que arrasa y que ha hecho posible que numerosos restaurantes con estilo permitan mascotas ya sea en el Madrid de los Austrias, en la Barcelona de Picasso o la Sevilla más castiza. Bienvenida el ‘animalmeat’, una sinergia que dará que hablar.
Salir a comer con tu mascota está convirtiéndose en una corriente cada vez con más adeptos, lo que sugiere una logística y un mercado que le dé cobertura y se aproveche de este nuevo gastroconsumidor. Por eso existen ya restaurantes como El Imparcial, localizado en el madrileño barrio de El Rastro, que se ha abierto a esta nueva oportunidad.
El que fuera sede del famoso diario que llevaba el mismo nombre, respira el mismo ambiente intelectual y creativo que impregnaba las páginas de su tabloide, gracias a una escena salpicada de sillas de tela y madera, que respetan la elegancia de la estampa. Limpieza. Seriedad. Innovación. Tres ideas que acompañan a un amante de la estética gastronómica y que son los ingredientes perfectos para ofrecerse como una restaurante ‘amigo de los animales’. Todo en su sitio.
Lámparas de diseño que no le quitan protagonismo a sus grandes ventanales, una decoración austera en las formas pero barroca en las impresiones; taburetes blancos, con sillas blancas, y mesas blancas en las que irrumpen butacones que recuerdan a los largos cigarros habanos que han acompañado siempre las eternas esperas de la noticia.
Ofrecer esta posibilidad exige de una decoración que imprima limpieza.
Un palacete donde todo es posible. Uno de los pocos restaurantes con estilo que permite mascotas y que, como reza su ideario, “recoge de las paredes y los techos el aliento artístico e intelectual de Madrid importándolo a un siglo XXI regado de movimientos sísmicos estéticos y culturales donde la participación del público es parte fundamental del programa”. Y en esa oda a la intelectualidad, la comodidad del viajero es fundamental, de ahí su viraje a la pet fashion.