Con el cáliz alargado, el pie corto, con una capacidad de 100 mililitros, de 350 mililitros… la variedad de copas que podemos encontrar en el mercado es muy amplia. Por eso, en el caso de los locales de hostelería es básico conocer las diferentes posibilidades y sus usos para determinar cuáles necesitamos para nuestro negocio. En este post explicamos los diferentes tipos de copas para hostelería, sus características y cuál utilizar para cada bebida.
¿Cómo colocar las copas en una mesa?
Las copas de una mesa de un restaurante se colocan en la parte superior de los platos tomando como referencia su parte derecha. Irán de mayor a menor tamaño -empezando por la del agua- formando una hilera recta, una diagonal o una curva. Por defecto se suelen colocar la copa de vino tinto y blanco aunque es importante que la cristalería se adapte a cada servicio y comensal. Así, si el cliente no bebe alcohol o se trata de un menor, se le retirarán. Tampoco tiene lógica colocar una copa de champán si no disponemos de ese tipo de bebida en la carta.
A la hora de servir las bebidas una recomendación básica es no llenar del todo las copas de vino, como mucho por la mitad (lo aconsejable es el ⅓ de la capacidad). Muy importante cuando se recojan o coloquen no agarrarlas por la parte superior sino por la base.
Tipos de copas
Copa de agua
Lo ideal es que sea ancha, con cavidad abombada para que el vino se mueva y “respire”, por eso, habitualmente son más grandes que las usadas para el vino blanco. En los locales más especializados disponen de diferentes tipos de copas de vino tinto en función de si se trata de un joven, crianza, reserva… Las más habituales son la copa tipo burdeos y borgoña.
Copa de vino tinto
Lo ideal es que sea ancha, con cavidad abombada para que el vino se mueva y “respire”, por eso, habitualmente son más grandes que las usadas para el vino blanco. En los locales más especializados disponen de diferentes tipos de copas de vino tinto en función de si se trata de un joven, crianza, reserva… Las más habituales son la copa tipo burdeos y borgoña.
Copa de vino blanco
Más estrecha y pequeña que la del vino tinto para evitar que se oxigene en exceso y mantener la temperatura, ya que el vino blanco debe servirse frío. La forma alargada contribuye a no tocar el cáliz con la mano. Importante que tenga el fondo redondeado porque así se aireará mejor —lo cual repercute en el aroma— y que el cristal sea liso y transparente.
Copa de vino dulce
Denominada también copa de Jerez. De tamaño medio o pequeño, con un pie corto y forma aflautada, es decir: un cuerpo ancho y una abertura estrecha, lo cual permite percibir mejor los diferentes aromas y concentrarlos en nariz. Se usa para tomar los vinos dulces y aquellos que normalmente se sirven como aperitivo, como un fino.
Copa de vermú
Otra forma de referirse a ella es como copa martini. Es triangular, como un cono invertido, ya que tiene más ancha la parte de la boca y se estrecha poco a poco hasta llegar al pie. Su capacidad varía entre los 150-250 mililitros aunque lo aconsejable es que no superen los 180 ml para mantener el frescor de los cócteles que se sirven en este tipo de copa (sin hielo). En el mercado existen diferentes estilos en función de la forma y altura del tallo, el cual permite sostener la copa sin afectar a la temperatura del líquido. No está de más contar con este tipo de copa en tu local, pues el vermuth es una bebida cuyo consumo está de moda.
Copa margarita
Muy similar a la anterior con la diferencia de que tiene una forma ovalada al final del cuerpo. Su nombre se debe a que normalmente en ella se sirven margaritas, aunque también es recomendable para otro tipo de cócteles. Suelen ser de vidrio ancho para colocar sobre los bordes algún complemento de este tipo de bebidas, como escarchado de azúcar. Su tamaño oscila entre los 180 y 600 ml en función de si se utiliza para servir bebidas con o sin hielo.
Copa de licor
Con una capacidad pequeña y pie muy corto. Su diseño y acabado tiene muchas variaciones. La copa de licor no se suele colocar en la mesa hasta que se vaya a servir la bebida elegida por los comensales.
Copa huracán
Se caracteriza por su cuerpo ondulado que se estrecha en el centro y vuelve a ensancharse en la boca. Es una de las copas con mayor capacidad, sobre los 400-500 ml. Normalmente se emplea para servir cócteles tropicales, como piña colada. Su nombre procede del cóctel huracán, una bebida creada por un bar de Nueva Orleans.
Copa balón
Denominada también copa brandy o de coñac por usarse para servir este tipo de bebidas. Tiene una cavidad abombada que se estrecha un poco en la parte superior. En su origen contaba con un tallo muy corto pero este formato se ha reajustado y reinventado a otro alargado para servir en ella los gin tonics. Su forma evita que los hielos se derritan rápidamente al no tener contacto con el cáliz.
Copa de champán
Para los espumosos existen dos formatos diferentes. Las más recomendables son las aflautadas, ya que su formato alargado permite conservar mejor el gas y los aromas. Por su parte, la tulipa de champán es de boca ancha y con una capacidad un poco menor que la aflautada (entre 180 y 240 ml). Aunque actualmente su uso para servir champán es muy residual, sí se puede emplear para servir cócteles con hielo picado.
Si tienes un local de hostelería y estás buscando (o quieres renovar) la cristalería antes de mirar opciones es importante analizar previamente cuáles son las necesidades de tu negocio y sus principales servicios. El tipo de cocina, menú y bodega son determinantes en la elección de las copas y vasos. El estilo y tipo de decoración también hay que tenerlo en cuenta para lograr una coherencia visual.