Una de las mejores maneras de ‘desaparecer’ o ‘desconectar’ es sumergirse en un océano gastronómico, rodearse de tiburones y especies de todas las partes del mundo dándonos la bienvenida a un remanso de paz donde perderse. Cenar o comer en un restaurante submarino es una opción que nos brindan pocos lugares del mundo como L’Oceanogràfic de Valencia. Una manera de darle la razón a Julio Verne:
“El mar es la gran reserva de la naturaleza. El mundo, por así decirlo, comenzó en el mar, y quién sabe si no terminará en él (…) .¡Ah, señor, viva usted en el seno de los mares! ¡Solo ahí existe la independencia! ¡Ahí no reconozco señor alguno! ¡Allí soy libre!”. Julio Verne. 20.000 Leguas de Viaje Submarino
Se trata de uno de los restaurantes más demandados de la ciudad, ubicado en pleno corazón de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en su edificio más emblemático. El restaurante dispone de un gran acuario perfectamente integrado en todo su perímetro donde puede disfrutar del contraste entre el azul intenso del agua y el color plateado de los peces.
La decoración es austera, como en la mayoría de este tipo de locales que pretenden darle protagonismo al entorno, intentando no desviar la atención a nada que no sea el acuario gigante en el que nos encontramos. Desde el punto de vista culinario, es un restaurante de cocina de autor con una fuerte influencia mediterránea. Su chef, David Carrión, ha formado parte del equipo de cocina de dos de los recién nombrados, 5 mejores restaurantes del mundo.
Sin embargo hay ciertos elementos que juegan al compás del baile marino que nos rodea, como es la lámpara central que pretende simular un banco de medusas. En efecto, la luz del local es tenue, en línea con la relajación y el recogimiento que pretende el entorno, lo que significa que hablamos de un restaurante que se hace fuerte en su idiosincrasia marina, huyendo de la polivalencia, buscando la integridad de aquellos que buscan un tipo de aislamiento y sensaciones que no se encuentran en cualquier otro local en mucho cientos de kilómetros a la redonda.
El ‘Restaurante Submarino’ es único en España, y esa exclusividad lo hace esclavo de una carta y un ambiente que siempre ansía estar a la altura de quien lo visita. Y lo consigue.